miércoles, 7 de junio de 2017

Libro de Feria 2017. Pedro " El grande", por Salvador Delgado Moya

 Artículo  aparecido en el Libro de Feria 2017.


Salvador Delgado Moya, ensalza la figura de Pedro Estévez Benítez , "Pedro el ministro". Un hombre modesto, sencillo, humilde, pero que ha trabajado,  lo sigue haciendo y lo hará en el futuro, por  San Martín del Tesorillo. 

Salvador hace justicia con un buen tesorillero de adopción,  pero que quiere a Tesorillo, como si hubiese nacido en nuestro pueblo.           




  PEDRO “EL GRANDE”
              
A lo largo de la historia de la humanidad han existido personas y personajes que escribieron la modestia, la disciplina, la vehemencia y el rigor, con letras mayúsculas, en épocas con especial relevancia por sus hechos, sus conductas o sus aportaciones.
        Existió un tal Pedro I de Rusia, apodado “Pedro el Grande”, perteneciente a la dinastía de “Los Romanov”. En la época actual también tenemos un Pedro, no tan grande de estatura, pero sí,  grande en  sencillez y dedicación, perteneciente a la dinastía de “Los Ministros”. Creo que podrán existir similitudes entre los dos, o no, pero no se equivoquen, dentro de ese menudo cuerpo existen particularidades que, a mi parecer, lo hacen especial.
        Parece increíble que a tus 68 años sigas instruyendo con el mismo espíritu de lucha,  a tambores, trompetas y cornetas.
        Parece sorprendente cómo desde siempre sigues demostrando auténtica devoción por la música y desbordando ganas para  perseverar con las tradiciones locales, consumiendo tu tiempo, derrochando ganas, alentando la paciencia y capoteando las inclemencias meteorológicas sufridas.
        Parece asombroso cómo disfrutas y te emocionas promulgando la pasión y el gusto por acordes que deleitan a un público, que en ocasiones puede ser desconocedor de la lucha concienzuda y desinteresada,  para el deleite de la comunidad.
        Te escudas en el pentagrama de la humildad, el entusiasmo y la dedicación, armas indispensables para la consecución de finales engalanados con la brillantez de la fuerza de voluntad que posees. Han sido muchas las generaciones que aleccionaste con conductas y trabajos exquisitos. Ojalá sigas con el afán de enseñar magistralmente a tus pupilos y que en la historia de este pueblo, pueda estar tu nombre impreso por enaltecer las ganas, el trabajo y el compromiso derrochado con, y para, nuestros hijos.
        Sigue Pedro, sigue. No pares nunca. Continúa dándonos clases de perseverancia, de estimulación hacia nuestros jóvenes, de encararte con las trabas y echarle el coraje necesario para surgir y promulgar tu mérito. Esa pasión y ese trabajo desinteresado  algún día serán recompensados en agradecimientos sinceros, vítores de alabanza y aplausos cargados de gratificación.
        Desde aquí, querido Pedro, quiero darte las gracias públicamente;  por los muchos momentos de soledad, por el sacrificio continuo, por la entrega indiscriminada, por la convicción certera, por el entusiasmo desbordado, por la enseñanza y por enseñarnos a todos que con un espíritu luchador, como el tuyo, se hacen realidad los proyectos y que la ilusión existe cuando se realizan con personas como tú.
        Has sido testigo de tardes de frío, de noches de “chirimiris” y en ocasiones, hasta sin techo para ensayar… ¡Pero ahí estabas tú!, prodigando las ganas, el ímpetu y la constancia. ¡Olé tú!
        Me he fijado en cómo el Cristo de la buena Muerte y la Virgen de los Dolores lloran de emoción cada vez que tu banda emite sonidos de aclamación y te hacen un guiño, dándote las gracias con palabras mudas por enaltecer nuestra Semana Santa, por aunar almas juveniles e implicarlas en una causa fascinante, la música.
        Te mereces que los tambores suenen a los máximos decibelios, que las trompetas reciban una cantidad ingente de aire y que suene la banda en reconocimiento hacia ti,  porque personas como tú representáis el estandarte necesario e imprescindible en la sociedad actual en que vivimos.
            Pedro, ¡tú si eres grande! Deberían existir muchos como tú. Enhorabuena a tus hijos, a tu mujer, a tu familia, porque con “La Moncloa” de testigo, puedes presumir de un trabajo muy bien hecho, de un legado exquisito, elegante, altruista y poco reconocido.       
        Aquí, en San Martín del Tesorillo, se te quiere, se te respeta y se te admira. Grande Pedro. Muy grande.
Don Pedro Estévez Benítez, gracias. Muchísimas gracias.


Fdo.   Salvador Delgado Moya.







             

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